El inglés estuvo de visita en la ciudad china de Wuhamen y cometió un error al querer combinar sus dotes técnicos y a la vez, mantener su habitual elegancia. De traje y zapatos, se animó a rematar un esférico ante un grupo de presentes que lo observaban detenidamente, y como el campo estaba húmedo, resbaló y cayó de espaldas al suelo. Al instante, se levantó para disimular con una sonrisa.
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